Mayra Gómez Kemp desvela con crudeza la pesadilla que vive

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La popular actriz, cantante y presentadora conocida por programas como 625 líneas, La ruleta de la fortuna y sobre todo de seis años de 1, 2, 3... responda otra vez, Mayra Gómez Kemp, acudió al plató de Antena 3 -como informó El Semanal Digital- para dar testimonio de su lenta recuperación de una grave operación de nueve horas. Delgada y con paso inseguro Mayra se sentó en el sillón de invitados de DEC para narrar a Jaime Cantizano y sus tertulianos los trágicos meses vividos desde el pasado mes de enero cuando en una visita rutinaria al dentista le descubrió un cáncer de lengua. 
Todavía con cierta dificultad para hablar, pese a la tenaz rehabilitación a la que se ha sometido, Mayra narró de forma emotiva que su mayor preocupación, tras recibir el diagnóstico, fue cómo darle la noticia a Alberto, su marido y cómo lograr que éste no cayera en un agujero.


Comentó que entró al quirófano con la convicción de que pese a lo grave de la intervención, despertaría, pero los médicos ya le habían advertido que había bastantes probabilidades de que nunca pudiera volver a hablar. Una terrible espada de Damocles pendía sobre la siempre alegre y locuaz presentadora nacida en 1948 en La Habana y residente en España desde los años setenta.
Fueron los meses más trágicos de su vida. Tras la extracción del tumor y la noticia de que el cáncer no se había extendido, Mayra siguió luchando por y para su marido, el actor Alberto Berco. Apenas podía tragar y mucho menos hablar, por lo que estuvo durante un buen tiempo sin poder comunicarse mediante palabras. Tampoco podía comer en condiciones y adelgazó muchísimo. "Toda la vida intentando perder kilos..." comentó Mayra que no dejó de mostrar una vitalidad y enorme y la total convicción de que se recuperará plenamente.


Mayra continúa recibiendo la ayuda de un fisioterapeuta y un logopeda para poder recuperarse totalmente de las secuelas de este cáncer que irrumpió de forma dramática en su vida. Y como en todos estos casos, Gómez Kemp también tuvo que experimentar que aunque le apoyaron y ayudaron muchas personas, sobre todos sus vecinos, hubo significadas ausencias en esos terribles meses.


La presentadora citó con cierta amargura a Kim, la azafata americana del Un, dos, tres..., a la que consideraba como una hermana pequeña. Pero Mayra acudió ante todo al programa para dar una inyección de ánimo a todas las personas que en estos momentos pasan por trances parecidos. "Esta no es una entrevista para dar lástima", insistió, "sino para la esperanza", afirmó emocionada.

Localizan el gen que evitaría la mitad de los cánceres de mama

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Un grupo de científicos ingleses ha conseguido arrancar la piel de cordero a un gen lobo que en los corrillos de la investigación conocen como NRG1. Va a ser el supergén de la temporada porque se aparecía como un policía bueno del cáncer de mama, y ahora se le ha dejado al descubierto su cara más amarga. Se sabía que todo el mundo nace con un gen NRG1 intacto, pero hay algunas personas a las que se les ‘trastorna’. Concretamente, ahora se sabe que éste es el gen que tiene la culpa de uno de cada dos cánceres de mama. Por eso los propios científicos denominan a este hallazgo como el “gen descubierto más importante de los últimos 20 años”.

Por si fuera poco, los descubridores intuyen que el gen traidor también podría estar implicado en la trama de los casos de cáncer de próstata y de colon, así como en un 25% de los cánceres de ovarios y de vesícula.

¿Cómo se consigue quitar la careta a un gen ladrón que va siempre disfrazado de víctima? El doctor Paul Edwards, líder del equipo que ha realizado este descubrimiento, cuenta que la mecha se encendió cuando siguieron la pista del gen en su vertiente dañada. Se olieron que en esa ‘anormalidad’ podía estar la explicación del por qué la enfermedad se reproduce. Entonces descubrieron que cuando el gen trabaja con su cara buena, se dedica a frenar las células cancerígenas. La función que debería encomendar siempre. Pero por una razón que todavía se desconoce hay ocasiones en las que saca el diablo que lleva dentro, dejando a estas mismas células que se multipliquen y que se dediquen a formar más tumores en el cuerpo.

Edwards dijo que tienen pruebas concluyentes para condenar al NRG1 como implicado en el cáncer de mama. “Y no hay razón alguna para pensar que no lo esté también en otros cánceres”, añadió. Los científicos han desafiado al NRG1 a que, en el próximo juicio, se sabrá qué es lo que provoca esos daños en el gen para que ejecute un comportamiento ‘bipolar’. Por ahora, confían en que haberlo identificado ayude por sí solo a combatir mejor estos tipos de cáncer.

En España, anualmente se diagnostican 16.000 casos de cáncer de mama. Según estos pronósticos, unos 8.000 podrían evitarse cada año por culpa de la ‘bipolaridad’ del NRG1. El estudio se ha publicado en la revista Oncogene y está financiado por la ONG “Campaña contra el cáncer de mama” y el centro de investigaciones sobre el cáncer del Reino Unido “Cancer Research UK”. La directora de investigación de la citada ONG, Arlene Wilkie, recalcó que en el Reino Unido mueren al año 12.000 mujeres víctimas de un cáncer de mama, por lo que es “vital” que se abran nuevas estrategias para mejorar los diagnósticos y el tratamiento de la enfermedad. Ahora que ya se tiene bajo control, sólo falta dar con la medicina acertada que evite que el NRG1 saque su lado más oscuro.

Qué les falta a los 1,5 millones de supervivientes de cáncer

http://www.elconfidencial.com/salud/necesidades-millones-supervivientes-cancer-20091003.html

Vencer al cáncer es una de las historias de éxito más asombrosas de las que una persona puede presumir. En España, más de la mitad de las personas que padecen cáncer se cura. Hoy ya se contabilizan 1,5 millones de supervivientes que un día se liberaron cuando terminaron con su tratamiento pero que, automáticamente, le embargaron miles de preguntas sin respuesta. ¿Qué pasa ahora? ¿Regresará algún día el cáncer? ¿Cuándo? ¿Cómo puedo yo mantener cerrada esa posible puerta de entrada? Son preguntas que van desapareciendo conforme pasa el tiempo, pero que siempre están ahí. Todo aquel que termina el tratamiento debe hacerse propia su nueva condición: es un superviviente, así que las pruebas rutinarias no terminan. En algunos casos, cinco años son suficientes para certificar que está completamente a salvo. En otros, la supervivencia se convierte en una compañera de viaje para toda la vida.

El tratamiento de estos supervivientes y de los que todavía están luchando por superar esa batalla pasa por contar con un equipo de atención multidisciplinar desde que se detecta la enfermedad hasta que dejas de ser un superviviente. Los propios pacientes se quejan de no tener un médico guía que les acompañe y les apoye antes ni después de la enfermedad.

El doctor Josep María Borràs, coordinador científico de la Estrategia en Cáncer del SNS junto con Joan Prades han coordinado el estudio “la atención multidisciplinaria en oncología: un paradigma de calidad” y han llegado a una contundente conclusión: la oncología necesita sentar en una misma mesa para debatir el caso de cada paciente a un equipo multidisciplinar y con un profesional que actúe como referente para el paciente, que llevan demasiado tiempo gritando sin ser oídos que necesitan una vinculación más próxima con su oncólogo. Muchas veces hablan con cuatro o cinco médicos que le dicen cuatro o cinco cosas distintas y les genera demasiada incertidumbre difícil de mitigar. Según el estudio, los médicos oncólogos ya se han percatado de que hay evidentes necesidades de cooperación y coordinación entre los distintos profesionales y que hace falta una comunicación eficaz entre ellos para coger la mejor decisión que necesite el paciente.

Emilio Alba, vicepresidente de la Sociedad Española de Oncología Médica, recuerda que el periodo de revisiones periódicas satisface el deseo de cortar por lo sano la ‘resurrección’ del cáncer. “Una persona que ha sufrido un cáncer de mama tiene más riesgo de padecer otro cáncer en la otra mama que cualquier otra persona”, reconoce. Otra vez, depende del tipo de tumor y de su agresividad.

Más de la mitad de los oncólogos que trabajan en este campo se dedican a trabajar con los supervivientes de la enfermedad, que desconocen en muchos casos que el estilo de vida que se hagan propio a partir de entonces ayuda o perjudica al tumor a que vuelva a aparecer. “Se ha demostrado que las actividades físicas reducen el riesgo de volver a padecer cáncer de mama y que la obesidad incentiva al cáncer de próstata”. El doctor Alba sabe que los pacientes llegan a las revisiones con cierta preocupación y, muchas veces, demasiado perturbados. “Tienen miedo de que le digamos que el cáncer ha regresado”. Unos sentimientos que, inevitablemente, acechan a todos y disminuyen a medida que pasa el tiempo. “Si asumimos que la detección precoz de la recurrencia es importante en algunos tumores en los que la recidiva puede ser curable –tumores germinales del testículo o linfomas-, es lógico llevar a cabo un programa de seguimiento reglado”.

Después de que hayan terminado los tratamientos, podría querer simplemente regresar a la normalidad: la forma de vida que era antes del diagnóstico. Pero rara vez ocurre. El cáncer tiene un impacto muy profundo en la persona, aunque no tiene que ser el peor. Si el oncólogo-tutor por fin se agarra con uñas y dientes al paciente y al superviviente, tal vez los miedos se zanjen. Porque el problema de cada paciente no puede llevarse a cabo sin una buena terapia.